Estamos permanentemente en busca de propiedades alejadas de las rutas principales, con fauna y vegetación poco afectadas.
Como en Mikil, sumando a quienes las adquieran para disfrutar la naturaleza cómodamente, pero con mínima huella.
Aprovechándola de manera sostenible, sin depredarla, enriqueciendo la tierra.
Al hacerlo, hemos creado una dinámica y cambiado un poco el rumbo en esta parte de Yucatán, ofreciendo a los habitantes nuevas perspectivas de ingreso y usos diferentes, sostenibles, para el suelo.
También localizamos propiedades de difícil acceso para preservarlas por adquisición.
Poniéndolas fuera del alcance de la agricultura nómada basada en tumba y quema.
Para impedir la tala y caza, hoy indiscriminada y permanente.
Para gozar la naturaleza, para no hacer.
